Mi nombre es Jose Townshend, tuve un accidente 1n 1981. Producto del mismo, quede con lesión medular quedando con una paraplejia. Tengo un dicho, LA VIDA SE VIVE EN VIDA.
Desde entonces, llevo al igual que antes, una vida bastante plena, y siempre rodeándome de buenos amigos con buenas energías, ya que dentro de as aventuras que me gustan hacer están las actividades al aire libre. En los año noventas, en una de mis aventuras de buceo, tuve el honor de conocer a un amigo, que al igual que muchos compartíamos las mismas aventuras.
Su nombre s Arturo Del Busto.
Si bien es cierto nos frecuentamos con frecuencia, en enero del 2015, vi en Facebook que en algún lugar del mundo, alguien hacia Paddle en silla de ruedas, a lo que pegue la foro en mi muro, donde decía EN ESPERA QUE MIS AMIGOS ME INVITEN.
Pasaron segundos y ya me había respondido Arturo y Ramón. No solo respondieron, me dieron la agenda de lo que sería el viernes 9 de enero, en la laguna de San Carlos.
Al llegar ese día a la Laguna, Arturo me tenía toda la logística de como realizaríamos esa nueva aventura de SUP, sentado en una silla. El día transcurrió, el fuerte viento se hacía sentir, impidiendo que lográramos esta tarea.
A eso del mediodía, la madre naturaleza, nos permitió entrar al agua. Logramos la hazaña, en medio de más de una veintena de amigos, acompañados de una naturaleza extraordinaria, Arturo y todos pendientes de cada detalle, que la seguridad predominara sobre todas las cosas. Fue corto el tiempo, pero el viento nos indicaba que era hora de salir.
Risas de alegría, que entre todos se había logrado dar este paso. Si bien es cierto, fui yo el que monto, fue un trabajo en equipo. Todos celebramos y entre BBQ y cervezas llego una tabla más grande, y Arturo pensando en la seguridad mía, probo esa tabla, notando que había más estabilidad en la misma.
Entre risas y carcajadas de amigos felices, ocurrió lo inesperado. La madre naturaleza, llamó a la silla a un encuentro eterno. Una ráfaga de viento metió la tabla que tenía la silla y la misma se volteo en medio del lago.
Fue un momento de seriedad para todos, pero asumí que fue el costo de una nueva aventura en mi vida. Aventura vivida con alegría entre amigos.
Pero la historia no termino ese día. Quedando con la inquietud, Arturo inicia el Proyecto LA SILLA DE LA ABUELA, que consistía en modificar una silla, para que yo u otra persona con discapacidad, practicaran Paddle, sin perder la silla.
Arturo, un ser de esos que dan de sí antes de pensar en sí, viene ayudando de manera desinteresada, dese ese entonces, a personas con discapacidad Física e intelectual, a que practique el deporte del PADDLE.
El pasado Noviembre, en el marco del tercer congreso latinoamericano y del caribe de Turismo Accesible, Arturo pudo exponer junto a otros voluntarios el trabajo que vienen haciendo, en favor de las personas con discapacidad.
Hoy su trabajo ya no es solo conocido en Panamá, lo conocen a nivel latinoamericano, mostrando el interés de los participantes a ese congreso.
Esperamos que existan más Arturos en nuestro querido Panamá, que se sumen y que hagamos de este tipo de actividades, más inclusivas, logrando una verdadera equiparación de oportunidades.
Gracias Arturo